El Gobierno encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo informó este viernes su decisión de retirarse de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Las autoridades nicaragüenses acusan a ambos organismos de actuar de forma politizada, implicándose en maniobras que, según el Gobierno, buscan desestabilizar la nación.
La copresidenta nicaragüense, Rosario Murillo, declaró a través de medios oficiales que se ha comunicado a la OIT y a la OIM, mediante cartas dirigidas respectivamente al director general Guy Ryder y a la directora general Amy Pope, la decisión “soberana e irrevocable” de abandonar estas organizaciones. Dichas comunicaciones fueron firmadas por el canciller del país, Valdrack Jaentschke.
Esta medida se produce en un contexto de creciente confrontación entre el Gobierno sandinista y diversos organismos internacionales. La víspera, Nicaragua anunció su retiro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas tras la publicación de un informe del Grupo de Expertos de Derechos Humanos, en el que se recomendaba condicionar el acceso preferencial al mercado de Estados Unidos y la Unión Europea a parámetros de derechos humanos, además de instar a demandar al país ante la Corte Internacional de Justicia por la privación de nacionalidad a nicaragüenses.
Asimismo, el pasado 4 de febrero, Nicaragua se desvinculó de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y ordenó el cierre inmediato de su representación y oficinas en Managua, tras ser incluida en la lista de naciones con mayores índices de hambre en el mundo.
Rechazo rotundo a lo que consideran “falsedades”
En su comunicado, Murillo subrayó el orgullo nacional y la determinación de su Gobierno para rechazar lo que calificó como “falsedades, calumnias y mentiras” difundidas por organismos que, en opinión nicaragüense, se suman a las críticas de las potencias imperialistas. “Rechazamos enérgicamente las falsificaciones y los dobles estándares de estas instituciones, que pretenden denigrar a nuestro Gobierno y atentar contra nuestra soberanía”, afirmó.
Respecto a la OIT, Nicaragua argumenta que el organismo se ha desviado de su misión original al involucrarse en procesos politizados y en maniobras de desestabilización, interviniendo en asuntos que son competencia exclusiva de la jurisdicción interna de los Estados. La copresidenta señaló que las decisiones del Consejo de Administración de la OIT se fundamentan en información sesgada y en informes de entidades que han participado en acciones contra la paz y la estabilidad de Nicaragua.
En cuanto a la OIM, Murillo justificó la salida del país al rechazar lo que consideró información falsa, malintencionada e irresponsable, y criticó a la organización por carecer de una visión integral para abordar las causas estructurales de la migración. Además, Nicaragua exigió el cierre inmediato de la representación y oficina de la OIM en Managua, manifestando así su intolerancia hacia cualquier tratamiento desigual que vulnere el principio de igualdad soberana.
Con estas decisiones, el Gobierno nicaragüense reafirma su postura de cortar relaciones con aquellos organismos que, según sus declaraciones, no cumplen con el deber de servir al bien común, y que se prestan a prácticas de desestabilización e injerencismo en la política interna del país.
Con informacion de EFE