Las oficinas del Departamento de Educación de Estados Unidos amanecieron cerradas este miércoles tras una orden directa del presidente Donald Trump, en el marco de su estrategia para desmantelar la institución y cumplir una de sus promesas electorales. En la sede de Washington, únicamente se encontraban presentes los guardias de seguridad y un reducido grupo de manifestantes, luego de que la jornada anterior se realizara una concentración justo tras la emisión de la orden.
El martes, los empleados del ministerio recibieron un correo electrónico interno —posteriormente filtrado a medios nacionales— en el que se les instaba a abandonar todas las oficinas en la capital antes de las seis de la tarde, hora local ET (22.00 GMT), aduciendo motivos de seguridad para el cierre del día.
Poco después, la secretaria del Departamento, Linda McMahon, anunció en un comunicado que se procedería a una reducción administrativa del 50 % de su personal a partir del 21 de marzo. Cuando Trump asumió el cargo en enero, el Departamento contaba con 4.133 trabajadores, cifra que se reducirá a 2.183 tras esta medida.
Mientras tanto, durante la mañana, los únicos en ingresar o salir del edificio fueron los empleados de seguridad, quienes confirmaron a Medio Internacional que, en ese momento, únicamente ellos permanecían en las instalaciones. Frente a la puerta principal, Chloe Kinsley, una joven de 23 años, portaba un cartel en el que se leía: «Los profesores me apoyaron durante 17 años, ahora es el momento de apoyarlos a ellos».
«La educación pública y la educación en general son fundamentales para el futuro de los niños de Estados Unidos, por eso he querido estar presente», declaró Kinsley, en un gesto que reflejó el sentir de muchos ciudadanos frente a la decisión gubernamental.