Un día después de que la Junta Directiva del Congreso de la República anunciara la suspensión del controvertido aumento salarial para los diputados, los pronunciamientos por parte de los diferentes bloques no se hicieron esperar.
Todo parece indicar que la mayoría de legisladores optó por dar marcha atrás al beneficio económico que incrementaba sus ingresos de Q29,150 a Q66,300 mensuales. No obstante, esta decisión aún debe ser ratificada en una sesión plenaria.
¿Medida disciplinaria?
Algunos parlamentarios han insinuado que la razón detrás de esta reversión va más allá de una simple reconsideración financiera. Para Jorge Mario Villagrán, compañero de bancada del presidente del Congreso, Nery Ramos, la falta de trabajo legislativo fue determinante.
“La Junta Directiva aprobó el aumento cumpliendo todos los requisitos legales, pero el Congreso no trabajó. Pasamos tres meses sin hacer nada”, declaró Villagrán, quien considera que “la decisión tenía que ser drástica”.
En la misma línea, el jefe del bloque Cabal, Luis Aguirre, junto con su compañero Mario Velásquez, publicó un video en el que argumentaron que el retroceso se debió a la baja asistencia: “Como la gente no viene a trabajar, no merece el aumento salarial”, sentenciaron.
Aguirre fue enfático: “Si hubiéramos estado cumpliendo con nuestras funciones y demostrando resultados, no habría problema. Pero así, no se puede. Por eso, la Junta Directiva tuvo que dar marcha atrás”. Incluso, concluyó diciendo que con esta medida “se acabó la chingadera”.
Arrepentimientos y llamados a la unidad
La primera secretaria del Congreso, Karina Paz, quien inicialmente respaldó el aumento, expresó sentirse “feliz y en paz” con la decisión de revertirlo, pues considera que así “se pone punto final a la polémica”.
Aunque no mencionó directamente la falta de asistencia a las plenarias, reconoció que hay un estancamiento legislativo que ha impedido avanzar en temas clave. En su opinión, retomar el salario anterior ayudará a calmar las tensiones internas y permitiría retomar la agenda legislativa. Llamó a sus colegas a “pasar la página” y dejar atrás la controversia.
Otro que cambió de postura fue Jorge Castro, primer vicepresidente del Congreso. Inicialmente defendió el incremento argumentando que era “una necesidad”, sobre todo para diputados distritales con mayores gastos. Sin embargo, recientemente reconoció la difícil situación del país y apoyó la revocación del aumento, aunque insistió en que todo se hizo dentro del marco legal.
¿Crisis interna?
El diputado oficialista Samuel Pérez también se pronunció, luego de que el presidente del Congreso, Nery Ramos, señalara que algunos legisladores se mostraron públicamente en contra del aumento, pero en privado buscaron los votos para aprobarlo.
“Lamento el enojo del presidente y de algunos miembros de la Junta Directiva. No nos sentimos aludidos, pero entiendo que hay incomodidad con ciertos diputados”, declaró Pérez.
“A quien le quede el guante”
Durante la conferencia de prensa en la que se anunció la suspensión del aumento, Ramos no ocultó su molestia y apuntó contra quienes, a su juicio, actuaron con hipocresía.
“Los que más hablan, los que más gritan, los que más publican en redes sociales, ese día estuvieron callados. No dijeron nada. ¡Hipócritas!”, dijo, refiriéndose al 26 de noviembre, cuando 87 diputados votaron a favor del incremento.
Más tarde, en una entrevista para Canal Antigua, se le preguntó si sus comentarios iban dirigidos a la bancada Semilla. Ramos respondió de manera ambigua: “A quien le quede el guante”.
