En 2024, el país registró 2.185 episodios de violencia en áreas rurales, la segunda cifra más alta desde 1985, según un informe difundido este miércoles.
El estudio, realizado por la Comisión Pastoral de la Tierra (CPT), vinculada al Episcopado brasileño, muestra que los conflictos en el campo se mantuvieron en niveles elevados este año, con una reducción de solo el 2,9 % en comparación con el récord de 2.250 casos en 2023.
Las disputas por la tierra, que abarcan amenazas, desalojos, destrucción de viviendas, tráfico de armas y apropiación ilegal de propiedades, entre otras formas de violencia, alcanzaron 1.768 casos, el nivel más alto de la última década. Además, los conflictos relacionados con el uso intensivo e indiscriminado de pesticidas afectaron a 17.027 familias, marcando un aumento significativo.
La violencia por el control del agua también va en aumento. Este tipo de enfrentamientos creció un 16 % en comparación con 2023, alcanzando su punto más alto en los últimos cinco años.
Alerta por el surgimiento de milicias rurales
La CPT advirtió en su informe sobre la aparición de milicias organizadas por productores rurales, que se dedican a intimidar, hostigar y agredir a familias asentadas en campamentos u ocupaciones.
Uno de los ejemplos citados es el movimiento ‘Invasão Zero’, fundado en el estado de Bahía (noreste) e integrado por grandes hacendados y propietarios de tierras. Este grupo, además de utilizar la violencia contra las ocupaciones, también busca influir en las asambleas legislativas mediante la promoción de leyes que criminalizan las acciones de los movimientos sociales en defensa de la tierra.
El informe señala que ‘Invasão Zero’ estaría involucrado en el asesinato de Maria Fátima Muniz de Andrade, conocida como Nega Pataxó, presuntamente cometido por un hacendado miembro de la milicia con el respaldo de agentes policiales.
Pese a este crimen, el número de asesinatos relacionados con conflictos en el campo cayó de 31 en 2023 a 13 en 2024, en el segundo año de gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Aun así, la CPT destacó que los pueblos indígenas siguen siendo los principales afectados por esta violencia.