El Congreso de la República atraviesa una nueva etapa de reconfiguración política, en la que poco queda del bloque que anteriormente respaldaba al oficialismo. Hoy, el control de la agenda legislativa parece estar en manos de una nueva coalición encabezada por Allan Rodríguez, Felipe Alejos, Inés Castillo, Álvaro Arzú y representantes de bancadas minoritarias. Este grupo ha consolidado los votos necesarios para influir decisivamente en las decisiones parlamentarias en los próximos meses.
Esta nueva realidad quedó expuesta en una tensa, pero breve, sesión plenaria celebrada el martes 29 de abril. Casi 140 diputados estuvieron presentes —una asistencia poco común— aunque coincidió con la entrega de su tercer pago consecutivo de Q66,300.
Intentos fallidos y liderazgo debilitado
La sesión inició con propuestas para revertir el aumento salarial aprobado por los propios diputados. Sin embargo, ninguna de las mociones prosperó. Apenas 59 legisladores apoyaron regresar al sueldo anterior de Q29,150.
El presidente del Congreso, Nery Ramos, intentó continuar con la agenda a pesar de saber que revertir el incremento era improbable. No obstante, perdió el control del pleno cuando Elmer Palencia, jefe de bancada de Valor, presentó una moción privilegiada que modificó el orden del día.
La nueva agenda impulsada incluía la destitución del diputado Manuel Archila como representante suplente del Congreso ante la Junta Monetaria, lo cual fue interpretado como un intento del bloque de Rodríguez por colocar a un aliado en esa posición estratégica.
Un mensaje claro: ¿quién manda en el Congreso?
Para varios diputados, el episodio envió un mensaje preocupante: la Junta Directiva presidida por Nery Ramos ha perdido el control político del Congreso. Así lo expresó la diputada Sonia Gutiérrez, quien acusó directamente a Allan Rodríguez de orquestar las maniobras que han paralizado el trabajo legislativo en las últimas semanas. Según ella, esta situación podría marcar el “regreso del pacto de corruptos”.
Julio Héctor Estrada, presidente de la Comisión de Finanzas, también criticó la legalidad de los cambios promovidos por esta nueva alianza, señalando que afectan órganos con mandatos definidos.
Tensión, empujones y confrontaciones
La sesión terminó abruptamente cuando Ramos decidió levantarla sin permitir que todos los diputados registraran su asistencia, lo que desató caos en el hemiciclo. Diputadas de varias bancadas intentaron impedir que la Junta Directiva se retirara, rodeando a sus integrantes. Incluso se reportó una confrontación física entre la oficialista Elena Motta y la diputada Greicy de León, representante de Quiché. Además, miembros de la bancada Vamos trataron de evitar que Ramos abandonara el recinto entre empujones.
Las piezas del nuevo bloque de poder
Desde marzo, comenzaron a circular versiones sobre una nueva alianza impulsada por Allan Rodríguez y Felipe Alejos. Con el paso de las semanas, diputados de distintos bloques confirmaron la existencia del pacto, que también incluye a Inés Castillo, Álvaro Arzú y otros actores con influencia legislativa.
Los objetivos de esta alianza no se limitan al control de la agenda actual. También estarían negociando la conformación de la Junta Directiva 2026-2027, así como la elección de nuevos magistrados del Tribunal Supremo Electoral y del próximo jefe del Ministerio Público.
Entre los integrantes del bloque también figuran Nadia y Teresita de León —hijas de la excandidata presidencial Sandra Torres—, el grupo “Tres Kiebres”, liderado por Fidel Reyes Lee, y miembros de la denominada Comunidad Elefante, como Rodrigo Pellecer y Hellen Ajcip. Esta última ha sido una defensora del polémico aumento salarial y una de las voces que criticó la suspensión anticipada de la plenaria del martes.
