La posible implementación gradual de la mezcla de etanol con gasolina o la opción de permitir que los consumidores decidan si desean utilizarla es un tema de análisis por parte de las autoridades, en el marco de la entrada en vigencia del Reglamento General de la Ley de Alcohol Carburante.
El 19 de diciembre de 2024, la Corte de Constitucionalidad (CC) rechazó una acción de inconstitucionalidad contra varios artículos de dicho reglamento, lo que allana el camino para su aplicación en 2026. Esta normativa operativiza la Ley de Alcohol Carburante y permite la incorporación de hasta un 10% de etanol en la gasolina.
Antecedentes de la Ley de Alcohol Carburante
La Ley de Alcohol Carburante fue promulgada hace 40 años, durante el gobierno de Óscar Humberto Mejía Víctores, quien firmó el Decreto 17-85 como jefe de Estado y Ministro de la Defensa Nacional. Posteriormente, se emitió el Acuerdo Gubernativo 420-85 para su reglamentación.
En un esfuerzo por actualizar esta normativa e incorporar la mezcla de etanol con gasolina, se realizaron pruebas piloto en diversos vehículos con la supervisión de la Universidad del Valle de Guatemala y la colaboración de entidades como el Ministerio de Energía y Minas (MEM), el Banco Interamericano de Desarrollo, la Asociación de Combustibles Renovables y la Municipalidad de Guatemala.
Tras estos estudios, en 2023 se emitió el Acuerdo Gubernativo 159-2023, con el objetivo de reducir el uso de productos petroleros mediante fuentes renovables y fomentar la inversión en la agroindustria nacional. Inicialmente, se previó que la mezcla del 10% de etanol con gasolina entraría en vigor el 1 de enero de 2025. Sin embargo, el 27 de junio de 2024 se emitió una actualización del acuerdo que ordenó al MEM crear el departamento encargado de aplicar la normativa, retrasando la implementación un año más, hasta el 1 de enero de 2026.
Críticas a la mezcla de etanol
Diversos sectores han expresado su descontento con la obligatoriedad de la mezcla, argumentando que restringe el derecho del consumidor a elegir su combustible. La Asociación de Importadores de Motocicletas (ASIM), que representa a 22 empresas con el 96% del mercado (aproximadamente 3.6 millones de motocicletas), ha planteado sus preocupaciones en reuniones con el MEM, la última de ellas el 29 de enero de 2025.
Entre sus demandas destacan:
- Libertad de mercado para que los pilotos puedan escoger su tipo de combustible.
- Creación de mesas técnicas para evaluar el impacto en más de 3 millones de familias.
- Un reglamento consensuado con los sectores involucrados, incluidos importadores y exportadores de combustibles, asociaciones de motociclistas y de vehículos nuevos, así como los consumidores.
César Amézquita, gerente de ASIM, ha señalado que en Brasil, donde el uso de etanol es común, las motocicletas se diseñaron específicamente para soportar esta mezcla. En Guatemala, advierte que la variación en la altitud podría causar la separación del etanol en el equipo, generando daños en el motor y un desgaste prematuro de piezas clave. También advirtió sobre posibles problemas con el octanaje de los combustibles, lo que podría afectar la cadena de distribución en el país.
Por su parte, la Asociación de Importadores y Distribuidores de Vehículos Automotores (AIDVA) también rechaza la obligatoriedad de la mezcla, alegando que vulnera la libertad del consumidor. Jean Pierre Dubois, director ejecutivo de AIDVA, argumentó que el estudio realizado sobre los efectos de la normativa fue insuficiente, ya que se basó en pruebas con solo 34 vehículos, mientras que el parque vehicular del país supera los 5 millones de unidades. “Si alguien quiere usar etanol, que lo haga, pero que sea una decisión individual”, enfatizó.
Postura del MEM y ajustes en la implementación
Luis Castro, viceministro de Energía y Minas, ha reconocido las preocupaciones del sector de hidrocarburos y adelantó que se están evaluando adecuaciones para los importadores de gasolina. También mencionó que existen propuestas para establecer un subsidio que ayude a costear la inversión necesaria para estos cambios.
“El reglamento fue aprobado por el gobierno anterior en diciembre de 2023 y establece la obligación del uso de etanol en los vehículos. Sin embargo, es necesario realizar ajustes en la infraestructura de importación de combustibles”, señaló Castro. Añadió que aproximadamente el 50% del combustible consumido en Guatemala es diésel, por lo que la mezcla solo se aplicaría a las gasolinas súper y regular.
El MEM también está analizando el impacto de la Ley de Competencia en la normativa para garantizar que los consumidores mantengan la facultad de elegir su combustible. Además, se estudia la posibilidad de una implementación gradual.
Otro desafío que ha surgido es la adecuación de las estaciones de servicio para manejar etanol. Algunos propietarios de gasolineras han expresado su preocupación por posibles daños en materiales de hule y bombas de combustible, lo que implicaría inversiones adicionales. Sin embargo, el viceministro Castro descartó la implementación de subsidios para este aspecto y aseguró que se trabaja para evitar un incremento en el precio del combustible.
Defensa del etanol y experiencias internacionales
Luis Fernando Vanegas, experto colombiano en biocombustibles, destacó que más de 60 países utilizan etanol en sus combustibles sin que esto genere daños en los vehículos. Argumentó que los automotores importados en Guatemala son los mismos que llegan a otros mercados donde esta mezcla ya es utilizada.
Vanegas también señaló que los biocombustibles contribuyen a estabilizar los precios de los combustibles, reduciendo la volatilidad causada por las fluctuaciones del mercado petrolero. Guatemala sería el primer país de Centroamérica en implementar la mezcla de etanol con gasolina, mientras que en Sudamérica solo Chile y Venezuela aún no lo han adoptado. Según datos proporcionados por Vanegas, en Argentina el contenido de etanol en la gasolina es del 25%, en Colombia del 10%, en Brasil del 85% y en Uruguay se acerca al 20%.
Asimismo, enfatizó que una mezcla del 10% no dañará los vehículos y sugirió que Guatemala podría optar por combustibles con un octanaje menor para que el etanol actúe como un aditivo que mejore su calidad.
La implementación de la mezcla de etanol con gasolina en Guatemala sigue generando controversia. Mientras algunos sectores ven en ella una oportunidad para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y mejorar la estabilidad de precios, otros advierten sobre los costos de adaptación, posibles daños a los motores y la falta de una opción para los consumidores. Con el reglamento previsto para entrar en vigor en 2026, el debate continúa, y las autoridades buscan una solución que equilibre el beneficio ambiental con las necesidades del mercado y los usuarios.