Aunque las bombas siguen cayendo sobre Gaza, ni el conflicto ha conseguido apagar la fe de cientos de peregrinos —locales y extranjeros— que este Viernes Santo decidieron participar en las celebraciones en la Ciudad Vieja de Jerusalén. A pesar del clima de tensión, la jornada transcurrió con una notable presencia policial y bajo estrictas medidas de seguridad.
“Estamos aquí porque amamos a Israel y a Jesús”, declaró a EFE Sueli Pasos, una brasileña afincada en Roma y propietaria de una agencia de viajes especializada en peregrinaciones. “Este año vine con un grupo de 100 personas. Muchos me decían que estaba loca por traer a tanta gente, pero la verdad es que no tienen miedo”, aseguró.
Los atentados perpetrados por Hamás el 7 de octubre de 2023 y la posterior ofensiva militar de Israel en Gaza provocaron la cancelación masiva de viajes religiosos el año pasado. Este 2025, sin embargo, algunos fieles han decidido regresar. “Esperamos a que todo se calmara un poco”, explicó Pasos, justificando su decisión de retomar el viaje este año.
Como ella, Mulu, una peregrina etíope, compartió su emoción por estar en Jerusalén, donde permanecerá durante once días. “La gente es muy amable y la ciudad es hermosa. No esperaba encontrarme con tanta gente”, comentó su hija, visiblemente sorprendida por la afluencia.
Margaret, una canadiense que vive en Israel desde hace casi una década, también reconoció sentirse impactada por el ambiente festivo y la notable cantidad de personas en las calles de la Ciudad Vieja. “El año pasado todo era mucho más sombrío. Este año, además de más cristianos, vemos también a muchos judíos ortodoxos paseando. Creo que es porque los peregrinos sienten una profunda necesidad de celebrar la vida”, reflexionó.
A pesar de todo, las cifras de visitantes siguen lejos de los niveles previos a la guerra, según indican las autoridades turísticas israelíes. No obstante, hay esperanza. Margaret confía en que pronto llegue “el fin del conflicto” y que se pueda empezar a construir “un futuro lleno de paz” para la región.
La tradicional procesión del Viernes Santo, que rememora el Vía Crucis de Jesús, comenzó en la iglesia de la Flagelación —donde, según la tradición cristiana, Cristo fue condenado— y finalizó en la basílica del Santo Sepulcro, lugar donde se cree que fue crucificado, muerto y sepultado.
Las ceremonias litúrgicas continuarán durante la noche con el funeral simbólico de Cristo en la misma basílica, antes de dar paso a los rituales del Sábado de Gloria y el Domingo de Resurrección.
Con información de: EFE