El olor a humo proveniente de los frenos alertó a varios pasajeros del bus extraurbano minutos antes de que la unidad se precipitara en un barranco sobre la calzada La Paz.
Juan Gabriel Ortiz Galicia, uno de los pocos sobrevivientes de la tragedia ocurrida en la madrugada del lunes 10 de febrero, recuerda con angustia los últimos momentos antes del accidente. Debido al exceso de velocidad, el bus terminó cayendo en el barranco y quedó sumergido en las aguas negras del río Las Vacas.
Desde su cama en el hospital, Ortiz, el primer sobreviviente rescatado, relata los instantes previos al siniestro. Cuenta que abordó el autobús a las 4:00 de la mañana en el kilómetro 14, con destino a la terminal. Al inicio del trayecto, el conductor manejaba con normalidad, pero al llegar al puente Lomas, comenzó a acelerar descontroladamente.
Cuando la unidad pasó por Metro Norte, zona 18, los pasajeros ya podían percibir el fuerte olor a humo de los frenos. Al notar que el puente Belice estaba congestionado, el conductor optó por tomar la ruta de la Maya. Fue en el redondel de la Maya donde su conducción se volvió aún más temeraria. “Empezó a acelerar, acelerar…”, enfatiza Ortiz.
En ese momento, Juan Gabriel sintió una profunda inquietud y no entendía por qué el conductor no disminuía la velocidad. Según su relato, la intención del chofer era dirigirse a la 20 calle, pero al darse cuenta de que iba demasiado rápido, desistió de seguir en línea recta y trató de maniobrar hacia la calzada La Paz.
Ortiz sostiene que, en ese punto, el autobús todavía tenía frenos, pero cuando el conductor vio dos vehículos detenidos en el semáforo, entró en pánico e intentó detenerse de golpe. Sin embargo, ya era demasiado tarde. “Cuando el chofer vio los dos carros, se asustó e intentó frenar de golpe, pero la caja de cambios se desconectó y terminó chocando contra ellos”.
Antes de caer al barranco, la unidad se elevó aproximadamente un metro y luego descendió en picada. Dentro del autobús, Ortiz recuerda haber rebotado entre los asientos hasta quedar atrapado entre los pasajeros, en medio del caos y los gritos.
Poco después, escuchó cómo alguien rompía una ventana. Aprovechó la oportunidad y comenzó a moverse hacia la luz que se filtraba desde el exterior. Fue entonces cuando un bombero lo vio y lo ayudó a salir.
Juan Gabriel Ortiz fue el primer sobreviviente en ser rescatado de entre los restos del bus, que yacía destruido en el río Las Vacas. Al darse cuenta de que no podía caminar, comenzó a arrastrarse hasta que finalmente fue trasladado a un hospital.
Ortiz asegura que fue un milagro haber sobrevivido, pues muchos de los pasajeros que lo acompañaban perdieron la vida. “No los conocía personalmente ni hablaba con ellos, pero de tanto viajar juntos los reconocía… y supe que no lograron salir con vida”, concluye.
Con información de una entrevista realizada por el medio televisivo Telediario.