Reformas importantes como la Ley de Hidrocarburos —que busca resolver el contrato con la petrolera Perenco—, las enmiendas a la Ley de Alianzas Público-Privadas, la Ley de Atención Integral de Enfermedades Raras y la Ley para la Prevención de la Violencia en el Sistema Educativo Público, se encuentran estancadas en el Congreso. El motivo: la negativa de los diputados a sesionar mientras enfrentan la presión de revertir el acuerdo que les permite devengar un salario mensual de Q66,300.
El tradicional encuentro de jefes de bloque, que usualmente se celebra los lunes para programar las sesiones plenarias de la semana, fue reprogramado sin una razón oficial, pero con un trasfondo evidente. Los legisladores evitan regresar al hemiciclo para no verse obligados a derogar el polémico acuerdo que autorizó el aumento de sus dietas. En el caso de los integrantes de la Junta Directiva, el ingreso mensual es aún mayor.
El presidente del Congreso, Nery Ramos, ha convocado nuevamente a los jefes de bloque para este lunes. De alcanzarse el cuórum, la única sesión prevista sería la del jueves, centrada exclusivamente en interpelaciones a funcionarios del Ejecutivo.
Mientras tanto, crecen los rumores de que los diputados pretenden evitar cualquier sesión ordinaria hasta el 16 de mayo, fecha en la que comienza el receso parlamentario, que se extiende hasta el 31 de julio. Esta estrategia les permitiría evadir cualquier intento de derogar el incremento salarial sin necesidad de enfrentar el debate público.
Ni las críticas de la ciudadanía ni las exigencias de organizaciones como los 48 Cantones han logrado que el Congreso retome su actividad legislativa. Desde el 27 de marzo no se celebra una sesión plenaria; esa fecha fue la última ocasión en la que los diputados participaron brevemente durante el juicio político al ministro de Salud, Joaquín Barnoya.
El último decreto aprobado por el Congreso data del 25 de febrero, cuando se reformó la ley que declara el 19 de mayo como el Día Nacional de la Comadrona Guatemalteca.
Además del parálisis legislativa, el Congreso enfrenta una crisis interna con la vacante en la primera secretaría de la Junta Directiva tras la salida de la diputada Karina Paz, ahora independiente. El cargo corresponde a un miembro de la bancada Voluntad, Oportunidad y Solidaridad (VOS), pero la situación se ha complicado luego de que el secretario general de esa agrupación, Carlos Bezares, solicitara formalizar la expulsión de los diputados Jairo Flores, Orlando Blanco y José Chic, quienes ya no cuentan con el amparo de la Corte de Constitucionalidad.
También está en espera la confirmación de la expulsión de Evelyn Morataya de la bancada Visión con Valores (VIVA), según lo solicitado por su secretario general, Armando Castillo. De concretarse, Morataya perdería la presidencia de la Comisión de Salud, aunque por ahora continúa con labores de fiscalización en hospitales públicos.